Córdoba, Córdoba, Spain
Foro Erasmo es una asociación de carácter cultural y humanista con fines históricos, políticos, sociales, literarios y de conservación del patrimonio, que aspira a mejorar nuestra sociedad con un carácter crítico constructivo. foroerasmo@yahoo.es

viernes, 27 de marzo de 2009

ABERRACIONES SOCIALES HISTÓRICAS

Estimados amigos, recientemente, el Foro Erasmo se ha adherido a la Plataforma Córdoba por el Derecho a la Vida, que defiende la vida por encima de todo particularismo, de toda consideración política o ideológica y de cualquier convicción religiosa. Desde entonces, las actividades de esta Plataforma se han incrementado con reuniones, informes y cartas a la prensa expresando nuestra postura.
Precisamente, los pasados días 21 y 22 de marzo, fue publicada la siguiente carta en los diarios ABC y EL DÍA DE CÓRDOBA respectivamente. Hoy la presentamos aquí para hacerla extensiva a nuestros seguidores.

Aberraciones sociales históricas.
Julio M. Ortega Carpio

A lo largo de la historia, ciertas prácticas hoy condenadas por aberrantes se consideraron necesarias y beneficiosas para la sociedad. Así, el tejido productivo de la antigüedad se basaba en la esclavitud, lo que eximía a algunos privilegiados del trabajo diario permitiéndoles la posibilidad, entre otras cosas, de desarrollar la filosofía. En ciertas sociedades militarizadas, como Esparta, se sacrificaban los niños enfermizos, lo que eliminaba bocas inútiles y garantizaba un ejército fuerte que preservara la libertad colectiva. La invasión de territorios para la consecución de riquezas o consolidación de imperios merecían la gloria hasta hace poco, al igual que se consentía la postergación laboral femenina o la contratación infantil.

Estas prácticas presentaban algo común: el perjuicio de unos lograba el beneficio de otros, por lo que éstos buscaban argumentos variopintos para evitar su abolición.

En el siglo XX los países considerados desarrollados promovieron el aborto para mejorar, teóricamente, la vida de las mujeres. Se proclamaba que así las liberarían del dominio sexual masculino y que un embarazo no supondría un freno a sus proyectos personales de futuro. Pero estos supuestos beneficios ignoraban a unos graves perjudicados: los embriones y fetos sacrificados. Y al igual que en la antigüedad se llegó a negar la humanidad de ciertas razas para poderlas someter, los abortistas negaron la humanidad de los no nacidos según su momento de desarrollo.

Si hoy nos horrorizan las prácticas antes mencionadas, en el futuro se escandalizarán de cómo actualmente se eliminan inocentes. En una sociedad realmente civilizada se apoyará a la madre mediante medidas laborales, económicas y sociales, no permitiendo que ningún embarazo -situación que por su naturaleza debería ser fuente de felicidad- frustre sus expectativas vitales, ni aún en el caso de que su fruto sea un futuro discapacitado. Todos tienen derecho a vivir y a ser felices, y esta meta debe ser objetivo de nuestra sociedad. Lo demás es aberrante demagogia.


Julio M. Ortega Carpio
Miembro de Foro Erasmo
Secretario de la Plataforma Córdoba por el Derecho a la Vida
 
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