Córdoba, Córdoba, Spain
Foro Erasmo es una asociación de carácter cultural y humanista con fines históricos, políticos, sociales, literarios y de conservación del patrimonio, que aspira a mejorar nuestra sociedad con un carácter crítico constructivo. foroerasmo@yahoo.es

sábado, 28 de febrero de 2009

DINERO

Foro Erasmo tiene el placer de insertar en su blog un artículo del joven literato español Juan Manuel de Prada. En esta ocasión, reproducimos el aparecido en el último número de la revista XL SEMANAL (22-28 febrero 2009), titulado DINERO. A modo de ensayo, sus prosaicas palabras, rescatan de la memoria de los primeros apostoles el papel que el dinero jugó en la antigüedad y que desgraciadamente sigue jugando en nuestros días.


DINERO. Juan Manuel de Prada
Jesucristo no condenó nunca el dinero, ni siquiera a los ricos. El dinero está presente en su vida (sus discípulos llevaban una bolsa con monedas para los gastos corrientes) y en su predicación (recordemos, por ejemplo, la parábola de los denarios). Trató con familiaridad a algunos ricos (así, por ejemplo, al fariseo Simón, que lo acoge en su casa y lo invita a comer); y algunos de sus amigos más queridos eran, inequívocamente, hombres adinerados: pensamos, por ejemplo, en Nicodemo, que «acudía a Jesús de noche»; pensemos en Lázaro, que tal como nos lo presenta el pasaje de la Unción de Betania tenía que ser necesariamente un hombre de posición desahogada; pensemos, en fin, en José de Arimatea, propietario del sepulcro donde Jesús fue enterrado. Tampoco despacha Jesús con maldiciones al joven rico que se le acerca; tan sólo le pide que emplee sus caudales en empresas que le aseguren un «tesoro en los cielos». Jesús no execra el dinero cuando contribuye a aliviar la pobreza o cuando sirve para agasajar y honrar a un amigo; execra el mal uso del dinero, y como sabe que la debilidad humana propende a este mal uso lanza esa admonición que erróneamente se ha interpretado como una condena sumaria de la riqueza: «Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que entre un rico en el Reino de los Cielos».


Lo que Jesús condena es la adoración del dinero, su conversión en «ídolo de iniquidad», como lo denomina en la parábola del Administrador Infiel, que no se puede entender plenamente si no aceptamos que Jesús estaba dotado de un sentido del humor sarcástico y nada complaciente. Lo que se entiende diáfanamente es la enseñanza con la que Jesús concluye esta parábola: «No podéis servir a Dios y a las riquezas». ¿Y en qué consiste esta adoración de las riquezas? Consiste en sustituir la naturaleza real del dinero como instrumento de cambio (dinero que nos permite comprar bienes y producirlos) por una naturaleza de tipo espectral, en la que el dinero deja de representar cosas reales para convertirse en una fantasmagoría, que los adoradores del ídolo de iniquidad denominan ‘capital financiero’. Leonardo Castellani, en una de sus sabrosas prédicas domingueras, explica el nacimiento de esta fantasmagoría, ficción o estafa, convertida en dogma de fe por el capitalismo (ya se sabe que las idolatrías son falsificaciones de la religión): «El Banco de Inglaterra se fundó en esta forma: el rey Guillermo III necesitaba 1.200.000 esterlinas, y se las prestó un prestamista judío de Fráncfort llamado Rothschild, o sea, `escudo rojo´; con esta condición: el rey recibía esa cantidad en oro, y la debía a Rothschild; y Rothschild recibía autorización para emitir un millón y pico de billetes y prestarlos; eso se llamó ‘el activo’ del Banco. De modo que, ustedes ven, el dinero se ha multiplicado por dos: el rey tiene un millón y lo gasta; el Banco tiene otro millón y lo presta; y el rey sigue debiendo un millón de libras. Como el dinero representa bienes (y si no, ningún valor tiene) y se ha multiplicado por dos, y los bienes no se han multiplicado por dos, los bienes cuestan ahora el doble; y ese aumento, que va a parar a los cofres de Rothschild, lo paga el consumidor».

Sobre este enjuague tan graciosamente expuesto se funda la conversión del dinero en «ídolo de iniquidad». Y sobre esa idolatría fantasmagórica ha estado el mundo funcionando durante siglos, entregado a un culto plutoniano que ahora se desmorona. Los bancos, que tenían en depósito una cantidad de dinero real, han prestado dinero espectral (es decir, dinero que no existe, que los banqueros y los politiquillos que los sostienen llaman eufemísticamente ‘crédito’) por cantidades que lo multiplican por dos, y por cuatro, y por ocho, en la convicción de que la fantasmagoría no se iba a desmoronar, porque la pobre gente engañada por la idolatría tiene la experiencia de que, cuando va a recoger su dinero del banco, el banco se lo devuelve. Lo cual, naturalmente, no ocurriría si los depositantes acudieran en masa, acuciados por el pánico, a recoger su dinero; y, para que el pánico no se desate, los politiquillos respaldan a los bancos en la fantasmagoría, pero cargando ese respaldo en la deuda estatal, o sea, en las espaldas de los contribuyentes, convertidos en paganos en la doble acepción de la palabra: porque ponen la guita y porque creen en una idolatría inicua.


Hemos entregado nuestro dinero a una fantasmagoría y contribuimos a su sostenimiento con nuestros impuestos. Y esto es sólo el castigo que sufriremos en nuestra andadura terrenal; el otro castigo que nos aguarda es el que se reserva a los adoradores de Plutón.
Juan Manuel de Prada.

lunes, 16 de febrero de 2009

LOS AMOS DEL MUNDO

De nuevo traemos a este blog un artículo de Arturo Pérez-Reverte. Una vez más, el Foro Erasmo se siente plenamente identificado con lo expuesto por tan prolífico literato. A pesar de haber sido publicado en 'El Semanal' el 15 de noviembre de 1998, el mensaje que lanza en esta ocasión parece sacado de una bola de adivino pues diez años después, su línea argumental refleja nuestra España más actual.

LOS AMOS DEL MUNDO (Arturo Pérez-Reverte)
Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla antro del computador, su futuro y el de sus hijos. Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro. Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo. Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros.

Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden. No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro. Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia. Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados. Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días.

Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja. Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad. Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro.

Y entonces, ¡oh, prodigio!, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no. Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros.

Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda.. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros, y a veces con su puesto de trabajo, Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida. Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena. Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza.

viernes, 13 de febrero de 2009

FALANGE ESPAÑOLA. 75 AÑOS EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

Nuestros amigos del Foro Historia en Libertad, organizan un Congreso en Valladolid con motivo del 75 aniversario de la fundación de Falange Española de las JONS. Dicho evento, que tendrá lugar el próximo 7 de marzo, cuenta con una apretada agenda de conferencias que se llevarán a cabo durante la mañana y la tarde de dicho día.



Este es el cartél anunciador de los actos. Desde Foro Erasmo, le deseamos mucha suerte en su desarrollo.



 
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